lunes, 2 de agosto de 2010

Lidiando con las imperfecciones.

YO.
Si, YO.
Yo te dí la mano, cuando fui el pilar incondicional de la estructura de tu vida.
Yo te dí la mano, cuando necesitabas un café, un abrazo, un pañuelo de lágrimas... O simplemente un amigo.
Yo te dí la mano, cuando pasabas noches en vela sin saber lo que pasaría.
Yo te dí la mano, cuando dudaste de ti.
Yo te dí la mano, cuando creiste en ti.
Yo te dí la mano, cuando no tenías nada.
Yo te dí la mano, cuando lo tuviste todo.
Yo te dí la mano, cuando tu miedo no te dejaba caminar.
Yo te dí la mano, cuando todos dieron un paso atrás.
Yo te dí la mano, cuando todo salía mal.
Yo te dí la mano, cuando todo salía bien.
Yo te dí la mano, cuando tu me diste la espalda.
TU.
Si, TÚ.
Tu me diste la espalda, cuando en mi vida no tenia pilares y me derrumbaba poco a poco.
Tu me diste la espalda, cuando solo necesitaba una luz que me guiara por mi camino.
Tu me diste la espalda, cuando no le encontraba sentido al vivir.
Tu me diste la espalda, cuando dudaba en mi.
Tu me diste la espalda, cuando creia en mi.
Tu me diste la espalda, cuando todo me faltaba.
Tu me diste la espalda, cuando mas te necesitaba.
Tu me diste la espalda, en las buenas y las malas.
Tu me diste la espalda, cuando lloraba todas las noches.
Tu me diste la espalda....Yo te dí la mano.